La falta de un dominio absoluto del lenguaje oral supone una barrera que entorpece tanto el aprendizaje de la lectura como el de la escritura.

En ocasiones, suele ser normal que los niños cuando llegan a primaria les cueste seguir la lectura, pero en otras ocasiones esto puede suponer que 'algo no marcha bien' en el desarrollo infantil.

Los déficits en este área de desarrollo pueden deberse a la influencia de algunos factores, como por ejemplo: una ausencia de modelos educativos adecuados (padres con mala pronunciación, habla demasiado rápida...), tensiones emocionales (por hiperexigencia, baja tolerancia a la frustración...), malformaciones anatómicas, lesiones cerebrales, deficiencia mental... todos ellos pueden incidir en un retraso en la adquisición o un desarrollo no adecuado del habla infantil.

En cualquier caso, y sea cual sea la causa que mantiene o explica el déficit de pronunciación, a medida que pasan los meses sin que estos problemas se resuelvan, los niños aumentan su temor y vergüenza ante los fonemas 'peligrosos', ya que la incorporación del niño a la escuela supone la necesidad de relacionarse con otros compañeros y en ocasiones puede suceder que se vean diferentes a los demás, que se rían de ellos... y como consecuencia quieran evitar cualquier tarea que tenga que ver con la lectura o escritura, manifestando así mucho malestar.

En estas situaciones resulta imprescindible la intervención de un profesional que los ayude a superar tal retraso.

Contamos con un protocolo de evaluación fiable y ofrecemos un plan de intervención individualizado y ajustado a las necesidades de el/la niño/a.